El entrenador le brindó muchas notas a este medio a lo largo de su carrera. Pero la más singular e importante fue aquella conseguida horas después de la consagración en el Mundial 1978.
Hay historias que con el paso del tiempo se vuelven cada vez más inverosímiles.
Como periodista, cubrir la final de un Mundial en tu país y celebrar la conquista de la primera Copa del Mundo de la historia, parece un momento cúlmine.
Julio Macías, uno de los enviados especiales de LA CAPITAL al Monumental para la definición con Holanda, disfrutó de aquello y algo todavía más importante para su profesión durante la jornada del 25 de junio de 1978; que se extendió, para su fortuna, hasta la madrugada del lunes 26.
Después de enviar los materiales previstos y mientras los argentinos no querían dar por finalizados los festejos en las calles, el periodista de 22 años fue a cenar junto al fotógrafo del diario, Néstor Alfonso, a la confitería Rond Point del barrio Palermo Chico.
Allí el destino le hizo un inesperado guiño y se topó con un señor flaco, alto, con una sonrisa de oreja a oreja. Era nada menos que César Luis Menotti, el DT que horas antes había levantado la Copa, acompañado por el resto de su cuerpo técnico.
El periodista ya había entablado una buena relación con el entrenador durante sus largas jornadas en la Villa Marista, donde Argentina concentró previo al Mundial 1978. Por eso, el seleccionador rosarino se prestó a “una charla amena, entre amigos”, según escribió en la nota publicada en la edición del diario del 27 de junio, “porque Menotti siente así a todos los marplatenses y ‘a esa ciudad tan querida por mí'”.
Néstor Alfonso, fotógrafo de LA CAPITAL, logró esta imagen de Menotti en el Monumental tras la final del ’78. De fondo, el cartel con la leyenda soñada: “Campeones mundiales”.
“Me siento contento, vaya novedad. Cansado pero feliz. Porque tuvimos ocasión de demostrar que jugando al fútbol también se pueden ganar campeonatos“, dijo en relación al eterno debate de las formas.
Durante la entrevista, el flamante campeón del mundo lanzó una “bomba” que después no explotó: “Mi idea es presentar la renuncia; quiero descansar un tiempo prolongado, tal vez en España, aún no lo tengo decidido. Deseo olvidarme de todo esto, de las presiones soportadas, de las personas que obraron de mala fe, ignorando que no le hacían mal a Menotti sino a todo el fútbol. Porque más allá del título, quiero que este campeonato sirva para un cambio de mentalidad del futbolista argentino y en la estructura del fútbol argentino. Saben bien que lo vengo diciendo hace mucho tiempo”.
Lo cierto es que horas después de levantar la Copa del Mundo, Menotti fue a un bar de Capital Federal como un ciudadano más y le brindó una entrevista a este medio. Algo increíble de imaginar en estos tiempos.